Harto Amarillo surge como una inquietud.
Nos formamos en teatro desde jóvenes y a comienzos del siglo veintiuno coincidimos en algunos estudios de teatro en Buenos Aires, una ciudad que todavía buscaba una estética que pudiera digerir lo sucedido en 2001. Llamaba nuestra atención la gran distancia que las artes escénicas planteaban en relación al acontecer de la historia del país y con su gente. Parecía que solo se podía hacer teatro para teatristas y que al resto poco les importaba lo que esos histriónicos tenían para decir dentro de las salas.
Así, comenzamos en 2006 una investigación que buscó la manera de desvincularse de los modos y espacios tradicionales del teatro para encontrar una nueva forma de hacer decir a la escena sus certezas y cuestionamientos sobre el mundo. Hacia adentro del teatro, encontrar una escena que no fuera subsidiaria de la literatura sino investigar la materialidad del teatro como un lenguaje en sí mismo. Hacia el mundo, la forma de revincular al teatro con el público, quitándolo de sus lugares y formas tradicionales para desmantelar el artilugio caduco de la representación y, así, acceder a lo que inevitablemente la subyace: lo real.
A principios de 2008 comenzamos a mostrar nuestros trabajos en festivales independientes y centros culturales alternativos, desarrollando un método de improvisación, el cual guiaría el resto de nuestra investigación y desembocaría, al año siguiente, en la creación de nuestras intervenciones escénicas. Hasta octubre de este año, desplegamos regularmente nuestra impronta estética en Niceto Club, una conocida discoteca del under porteño, ámbito absolutamente poco convencional al que, sin embargo, supimos abordar y hacerlo expresarse desde un lenguaje teatral, invadiendo la noche con distintas propuestas temáticas, estableciéndonos como agentes externos. De esa manera fuimos ganando un espacio, encontrándonos con la herramienta necesaria para filtrarnos entre espectadores incautos pero, al mismo tiempo, activos.
A finales del pasado año tuvimos la oportunidad de participar, contratados por el Gobierno de la Cuidad, en espacios históricos como el Museo de Arte Español Enrique Larreta y el Museo Fernández Blanco, dentro del ciclo Pasión por Buenos Aires, en un espectáculo creado íntegramente por la compañía, el cual reunía relatos de la vida íntima de personalidades históricas de la Ciudad.
En conclusión, Harto Amarillo se propone en esta gira expandir los horizontes no sólo geográficos sino también de exploración artística del grupo, con el desafío de dialogar con un público nuevo y un entorno desconocido, intentando fortalecer los vínculos entre el teatro y la gente.
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